jueves, 14 de octubre de 2010

The Matrix Trilogy (1999, 2003)

Espero que este tipo de entrada no se convierta en un mal hábito, porque tratar de reseñar tres películas tan importantes en la cultura cinemática moderna en una modesta entrada de blog es algo... ¿ambicioso?

Hace poco llegó a mis manos la versión remasterizada de las tres películas, The Matrix (1999), The Matrix Reloaded (2003) y The Matrix Revolutions (2003), y a lo largo de tres días me di el gusto de verlas nuevamente sin sentir la presión del impacto cultural que marcaron en su momento; más bien las pude disfrutar como lo que son, tres ambiciosas piezas de entretenimiento.

Por algún motivo no vi la primera en el cine, a pesar de toda la locura que había desatado y que me debería haber arrastrado a mi también, después de todo tenía la edad precisa para haber caído en el embrujo de los largos abrigos de cuero que se volvieron una moda aquel año. Vi la primera película en VHS cuando estuvo disponible y me dejó impresionado, por supuesto, pero no pudo embrujarme como sucedió con mi mejor amigo. Cuando vi las segunda y tercera entregas en el cine entonces me convertí en parte al mar de fanáticos, pero sin llegar al extremo de andar buscando algún deja-vu en el mundo real para tratar de averiguar si estaba siendo controlado por una máquina...

Las películas se ven excelentes en su nueva versión y me alegró ver que no fueron re-editadas con escenas nuevas o efectos retocados: lo único que se ha visto mejorado es la calidad de la imagen y del ya excelente audio (Oscar a Mejor Edición de Sonido, Mejor Sonido, Mejores Efectos Visuales y Mejor Edición en 1999). Por supuesto ninguna cantidad de retoque digital podrá mejorar las actuaciones acartonadas y las líneas repletas de un diálogo absurdamente rebuscado que abundan en la trilogía. Supongo que fueron esos intentos pseudo-filosóficos lo que más llamó la atención de los jóvenes de la época, quienes obviamente nunca habían leído a Masamune Shirow, uno de los pilares fundamentales en que se apoyaron los hermanos Andy y Lana Wachowski para crear su mundo de seres humanos interconectados vía una red neural (Ghost In the Shell, 1995).

Después de ver por quinta o sexta vez estas películas he llegado a la conclusión de que el verdadero mérito de la trilogía fue lograr una amalgama exitosa entre lo visualmente excitante, lo absurdamente complejo y lo comercialmente viable, tomando prestados elementos de diversos autores y creando un mundo más o menos propio que la generación perdida de esos años pudo digerir rápidamente para asimilarlo como una verdadera revolución. Fue el comienzo del uso de la internet para promocionar películas con el sitio www.whatisthematrix.com y el renacer de las grandes franquicias fílmicas que ofrecían al ansioso consumidor juegos de video, figuras de acción, libros y cepillos de dientes con sus personajes favoritos, tal como George Lucas lo hiciera con tanto éxito a partir de 1977 con su Star Wars. Fue el rediseño visual del cine de acción y ciencia ficción que rápidamente vio a los X-Men (2000) usar ajustados trajes negros de cuero y látex que se han convertido en una especie de firma para todo lo que se haya filmado post-Matrix.

Su impacto cultural es innegable, pero desde el punto de vista de un fanático del cine puedo decir ahora que a mi también me metieron el dedo en la boca en su momento y que la trilogía no es tan espectacular como nos hicieron creer, simplemente era un producto decorado de mucho verde que nos fue bien presentado en una bandeja de plata junto a una píldora roja y que nos llevó a un viaje alucinante por un par de años.

Es bueno haber podido salir ileso de esa experiencia; la moraleja aprendida es: la próxima vez que veas a un conejo blanco no lo sigas, no sabes donde ha estado y no sabes donde diablos te va a llevar.

Lobo.

Robo Geisha (2009)

Hay algo en el cine bizarro japonés que no se encuentra en otros lados; creo que es la estética, lo absurdo, ese trabajo de cámaras tan prolijo y perfecto salpicado de pésimos efectos especiales y sangre falsa... No sé. Simplemente sé que me gusta de vez en cuando sentarme a ver una cosa tan extrema y divertida como Robo Geisha, la historia de una chica que sueña con ser una maiko (aprendiz de geisha) y termina convertida en una especie de androide asesino con kimono. ¿Qué puede ser más genial que eso?

La historia tiene un par de incongruencias (de las que sólo me percaté al terminar de ver la película) pero eso no le quita lo entretenido a las secuencias de acción; los efectos a veces son baratos y las actuaciones caricaturezcas, pero la simpatía de las hermanas, lo extravagante de los personajes y los momentos de sangre falsa (gore) hacen que esta película sea pasable; quizás los trozos más flojos sean las escenas dramáticas y emocionales, ya que es difícil relacionarse con el dolor de las chicas dado lo ridículo de la trama y lo pobre de las actuaciones, exageradas como sólo los japoneses saben hacerlas.

De todos modos la puedo recomendar como una cinta para pasar el rato con los amigos, aunque no esté a la altura de los trabajos de Takashi Miike o de la saga de culto Guinea Pig; simplemente no esperen demasiado de ella cuando la vean y quedarán suficientemente satisfechos. Para quienes nunca hayan visto una de estas películas este podría ser el comienzo de una bella amistad con el cine bizarro japonés, un género aparte por derecho propio.

Lobo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Inception (2010)


Debe ser el sueño de todo director, poder escribir y realizar sus propios proyectos fílmicos sin tener que rendir cuentas a ejecutivos y productores con el poder de alterar las películas según el público objetivo o la censura de moda del momento. Christopher Nolan es uno de esos pocos directores modernos que puede darse el gusto de hacer lo que quiera, después de todo el impresionante éxito de The Dark Knight le abrió esas puertas.

Inception es la historia de un ladrón de ideas, un hombre que se infiltra en los sueños de las personas para robarles los pensamientos y venderlos a quien contrate sus servicios; en lugar de perder tiempo explicando como funciona la tecnología o el principio de esta ciencia nos vamos directo a la acción y los personajes se encargan de explicar el proceso a lo largo de la extensa cinta, ya que es extremadamente complejo y en esta ocasión el encargo no es robar una idea, sino implantarla: infiltrarse en los sueños de un joven heredero para que al despertar tenga una revelación.

"Tienes que verla, no te la puedo explicar". Eso lo es que dicen casi todas las personas que la han disfrutado y me pareció muy divertido, porque he llegado a la conclusión de que la gran mayoría no es capaz de explicar la película ya que simplemente no la entendió. ¿Es compleja? Sí, lo es. ¿Es tan descabellada como Paprika, con la que algunos la comparan? Para nada. Paprika es un animal de una raza totalmente diferente, y si la escena del pasillo está inspirada en Paprika o no, da lo mismo. Ambas son cintas excepcionales por mérito propio.

La complejidad del personaje de DiCaprio, de la historia, de lo que intentan lograr y de cómo lo intentan es parte del encanto de Inception, que al igual que The Dark Knight tiene varias lecturas y nos deja a todos con ganas de ver más. (Por lo menos ya está confirmada una tercera entrega de las aventuras de Batman de la mano de Nolan).

Inception es una cinta post-moderna, compleja, para un público exigente que no sólo quiere ver efectos especiales o buenas actuaciones dentro de una buena historia: es para la nueva generación de cinéfilos que quiere verse desafiada con cada línea de diálogo y con cada escena. A partir de ahora puedo dormir tranquilo, sabiendo que el señor Nolan velará mis sueños de seguir viendo cine cada vez más interesante.

Lobo.

The Human Centipede (First Sequence) (2009)

Existe un fenómeno moderno que se relaciona con las campañas virales que usan los realizadores y expertos en marketing, se trata de la publicidad en internet generada por los propios seguidores de las cintas que esperan con ansias el próximo hit que se convertirá en una película de culto.

Eso fue lo que sucedió con The Human Centipede (First Sequence), una película de bajo presupuesto que habría pasado sin pena ni gloria por las videotecas del mundo pero que se volvió un pequeño fenómeno gracias a los rumores que los propios cybernautas esparcieron meses antes del esperado estreno.

¿Cuál era su gran atractivo? Un poco de sangre, la promesa de ver a dos chicas lindas semidesnudas, una premisa poco común, un villano que ya desde el trailer da miedo y un título pegajoso y bizarro. Un "cienpiés humano" es una imagen que no podemos sacarnos de la cabeza una vez que logramos comprenderla, y es que el Dr. Heiter tiene una visión que hará realidad a cualquier precio: unir a tres personas por la boca y el ano para formar un ser que comparta el tracto digestivo: lo que defeca uno el siguiente lo debe comer. ¿Se pueden imaginar algo más desagradable?

Hay que destacar que el trabajo de cámara, los efectos especiales y la decoración no son malos en lo absoluto. La etiqueta "de bajo presupuesto" tiende a evocar la imagen de malos actores, pésima edición, efectos baratos y otras características que en esta cinta no están presentes: el poco dinero se nota en los pocos actores y en el casi único set que se usó para todas las secuencias, sin afectar los aspectos técnicos de la película. Por supuesto, la calidad de la actuación no tiene precio en una cinta como esta.

El malvado Dr. Heiter es el verdadero protagonista de la historia, no su macabra creación. Un aplauso adicional para el japonés que no para de hablar desde que aparece y que seguramente se ha convertido en un ídolo en su país por haber aparecido en esta mediocre cinta que sólo unos pocos podrán disfrutar y que deja pasar la oportunidad de hacer algo genial con una historia interesante pero con un pésimo guión.

Espero que la segunda parte, programada para el 2011, sea mucho mejor porque ésta me dejó con gusto a poco.

Lobo.

sábado, 2 de octubre de 2010

Fantastic Mr. Fox (2009)

Las películas animadas se han convertido en una larga lista de efectos generados por computador para que con la ayuda de unos lentes especiales los objetos vuelen hacia la audiencia. Esa tecnología se ha convertido en la única forma de ver animación en tres dimensiones para la nueva generación que no creció con las películas de Ray Harryhausen o los especiales de Rankin/Bass, pero Fantastic Mr. Fox es una lección de que la magia no necesita podersoso computadores, sino sólo un poco de corazón y talento.

Toda la película fue hecha con pequeños títeres usando la técnica de "animación cuadro a cuadro", un proceso lento que requiere mucha dedicación, y aunque Wes Anderson no pasó mucho tiempo en persona dirigiendo, el esfuerzo de todos los artistas que trabajaron en ella se ve reflejado en cada pequeño detalle del decorado, la ropa o el movimiento de las hojas de los árboles.

El elenco es perfecto, la historia es surreal (basada en un libro de Roald Dahl) y la música también es encantadora. ¿La historia? Un zorro decide volver a sus andanzas como ladrón de granja y sin pensarlo ve a toda su familia y comunidad animal involucrada en una serie de incidentes que les cambiará la vida.

Simplemente hay que verla para disfrutar de esta joya; sólo espero que con el tiempo más y más personas aprendan a apreciar esta variante del arte de la animación y que esta no sea la última gran película que rescate la maravillosa técnica de la animación cuadro a cuadro.

Lobo.