miércoles, 12 de enero de 2011

Micmacs à Tire-Larigot (2009)

A Jeunet se le puede tildar de sobre-imaginativo o de auto-indulgente, pero lo excéntrico de su alegre personalidad no le puede quitar mérito a sus impresionantes películas. El director auto-didacta de la archi-famosa Amélie nos presenta esta vez Micmacs, una loca historia de venganza que comienza de manera magistral: en menos de cuatro minutos conocemos toda la historia de Bazil, lo que sirve como introducción a un desafortunado accidente cuando una bala se aloja en su cerebro, que lo lleva a conocer a una "familia" de personajes con talentos bastante únicos.

Desde ahí, toda la historia está llena de las famosas y cuidadosas escenas surrealistas que Jeunet acostumbra regalarnos, con pequeñas viñetas animadas, efectos visuales obvios que no intentan pasar por reales, y por supuesto la prescencia de su buen amigo Dominique Pinon, infaltable en casi todas sus películas.

No importa si nos lleva a pasear por una ciudad húmeda y oscura (La Cité des Enfants Perdus) o si nos hace correr por nuestras vidas delante de los afilados dientes de unos extraterrestres asesinos (Alien: Resurrection), Jean-Pierre Jeunet tiene un don inigualable para transportarnos a lugares que sólo existían en su cabeza.

Micmacs es una película altamente recomendable para las personas de mente abierta y con imaginación; es de esas cintas que hay que "ver para creer".

Lobo.

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