Basada en la mundialmente adorada novela "The Borrowers" (Los Incursores) de Mary Norton, es la historia de una familia que subsiste tomando prestadas cosas del mundo humano, cosas que sus dueños no van a extrañar por estar botadas o abandonadas pero que para estos diminutos seres son elementos vitales como un alfiler o un pedazo de pan. Por supuesto, su pequeño tamaño los deja indefensos ante nosotros (los humanos) así es que tienen por regla jamás dejarse ver y por eso viven debajo del techo y entre las paredes de una casa de campo.
El casual encuentro entre Arrietty y Sho, un niño humano, desencadena una serie de problemas que cambiará la vida de la familia Clock para siempre. Ese es el viaje emocional que Ghibli nos invita a ver en esta ocasión, lleno de toda la magia que uno acostumbra a ver en sus películas, aunque sin los elementos místicos de casi todas sus entregas anteriores. Esta vez la música delicada y la animación detallada son el escenario para una historia casi-de-amor entre nuestros protagonistas.
Simplemente hay que verla porque está basada en un clásico de la literatura infantil, porque fue la película más vista en Japón el 2010, porque es apta para todo público, porque los críticos la adoran o porque es del estudio Ghibli. Elige una.
Lobo.
PD: esperando ahora con ansias Kokuriko-Zaka Kara y la nueva Porco Rosso.