Clive Owen y Naomi Watts dan vida a dos agentes que intentan llevar a la justicia a un banco, el IBBC, buscando pistas que incriminen a esta institución financiera con una serie de asesinatos. Hay que destacar que la historia está basada en un escándalo real que involucró al banco llamado BCCI, acusado de los mismos tipos de crímenes. Como cinta de suspenso y espionaje tal vez se queda un poco corta porque casi podemos adivinar el final, pero hay que darle mérito por una escena de acción brillante y original dentro de una réplica de una conocida galería de arte y por su estilizada imagen y banda sonora. Hay que olvidarse de la exposición y el desarrollo de los personajes, pues la cinta comienza con una investigación ya en curso.
Recomendable para el que ama sus películas con una pizca de acción y unos diálogos cortos pero bien escritos. No recomendable para los que sólo buscan actuaciones dignas de un Oscar o películas que queden por siempre en el inconciente colectivo como un clásico. Sólo verla y disfrutarla, sin mayores expectativas.
Lobo.
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